Isaías 26:3 nos da una promesa maravillosa: Dios guarda en completa paz a aquellos que mantienen su mente y su confianza en Él. No se trata de una paz momentánea o superficial, sino de una paz profunda y permanente, que no depende de las circunstancias.
Cuando fijamos nuestros pensamientos en Dios y confiamos plenamente en Él, el temor y la ansiedad pierden su poder sobre nosotros. Su presencia nos sostiene y su fidelidad nos da seguridad.
Si hoy enfrentas preocupaciones, no dejes que la ansiedad te domine. Persevera en la confianza en Dios y Él te llenará de una paz que nada ni nadie podrá quitarte. ¡Su paz es real y está disponible para ti!