Salmos 46:1 nos recuerda que Dios es nuestro amparo, fortaleza y auxilio en tiempos de dificultad. Cuando enfrentamos tribulaciones, Él está cerca, listo para sostenernos y darnos fuerzas.
La vida está llena de momentos inciertos, pruebas y situaciones que pueden hacernos sentir débiles o sin salida. Sin embargo, este versículo nos asegura que no estamos solos. Dios es nuestro refugio, el lugar seguro donde podemos acudir en medio de la tormenta. Es nuestra fortaleza, quien nos da el poder para seguir adelante. Y es nuestro pronto auxilio, siempre disponible para socorrernos cuando más lo necesitamos.
En cada dificultad, podemos confiar en que Dios está con nosotros. No importa cuán grande sea el problema, Él es más grande y nos sostendrá.