Salmos 30:5 nos recuerda que, aunque enfrentemos momentos difíciles, la misericordia de Dios es mayor y permanente.
“Porque un momento será su ira…”
Dios corrige a sus hijos cuando es necesario, pero su disciplina nunca es para destruirnos, sino para formarnos. Su enojo dura solo un instante, pues su amor siempre es más grande.
“…pero su favor dura toda la vida.”
La gracia y el favor de Dios son eternos. Él nunca nos abandona, y su amor es inquebrantable. Incluso en tiempos de prueba, podemos confiar en que su fidelidad nos sostiene.
“Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría.”
Las temporadas difíciles no son para siempre. Dios nos promete que después del llanto vendrá el gozo. La oscuridad de la noche no puede opacar la luz del amanecer que Dios traerá.
Si hoy enfrentas dificultades, recuerda que Dios no ha terminado contigo. La prueba es temporal, pero su amor y favor son para siempre. ¡Confía en Él! 🌿✨
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