Eclesiastés 4:10 nos recuerda la importancia de no caminar solos en la vida. Dios nos diseñó para vivir en comunidad, para apoyarnos unos a otros en tiempos de dificultad. Caer es parte del camino, pero lo que realmente importa es tener a alguien que nos ayude a levantarnos.
En nuestras relaciones, ya sea en la familia, la amistad o la iglesia, debemos ser ese apoyo para los demás y permitir que otros nos ayuden cuando lo necesitemos. Dios muchas veces usa a las personas a nuestro alrededor para fortalecernos y levantarnos. No caminemos solos, sino rodeados de aquellos que nos acercan más a Él.