Salmos 34:8 nos invita a probar y ver cuán bueno es Dios. No se trata solo de conocerlo de oídas, sino de experimentar personalmente su amor, su fidelidad y su cuidado.
Cuando confiamos en Él, encontramos verdadera felicidad. Dios nunca falla, y aquellos que dependen de Él disfrutan de su paz y provisión.
No basta con saber que Dios es bueno; acércate a Él, confía en su palabra y experimenta su bondad en tu vida. ¡Verás que no hay mayor dicha que vivir en su presencia!