2 Corintios 4:16 nos anima a no rendirnos, aunque enfrentemos desafíos o nuestro cuerpo se debilite con el tiempo. En Cristo, nuestra fuerza no depende solo de lo físico, sino de la renovación espiritual que Dios nos da cada día.
Las dificultades pueden desgastarnos, pero Dios trabaja en nuestro interior, fortaleciendo nuestra fe, dándonos esperanza y renovándonos con su amor. Cada día es una oportunidad para acercarnos más a Él y recibir nuevas fuerzas.
Si hoy te sientes cansado o desanimado, recuerda que Dios está obrando en ti. No desmayes, porque en su presencia siempre encontrarás renovación y fortaleza. ¡Sigue adelante con confianza!