2 Timoteo 1:7 nos recuerda que, como hijos de Dios, no debemos vivir en temor ni inseguridad. Él nos ha dado un espíritu de poder, amor y dominio propio para enfrentar cualquier desafío con confianza.
El miedo paraliza, pero el poder de Dios nos fortalece. Su amor nos motiva a actuar con fe, y el dominio propio nos ayuda a mantenernos firmes en su voluntad.
No dejes que el temor controle tu vida. Confía en que Dios te ha equipado con todo lo necesario para avanzar con valentía. ¡Camina en su poder y vive sin miedo!